Siempre digo que "no".
Cada mísero día.
Cada mañana cuando abro los ojos y lo primero que me viene a la mente eres tú.
Y me regaño, me reto diciéndome "no pienses en él, olvídate de él".
Pero caigo.
Al final...
Siempre caigo.
Y al día siguiente me digo "hoy es el día".
Pero paso delante de ti y no puedo resistirme a mirarte.
«JODER TÍA» grito para mis adentros.
Soy capaz de tirarme una hora mirando a tu ventana, solo para verte pasar.
Y luego está ella, te veo a su lado y me muero de la rabia, me celo, me enfado y pienso en ciento y una cosas malas.
Pero me miras y joder "otra vez no".
Y así cada día.
Y cuando no, voy a buscarte por los sitios que sueles estar, solo para que me mires.
Aguanto dos días sin verte, y digo aguanto porque no me queda de otra. Estoy deseando que sea la hora para ir a buscarte, aunque solo sea para que me mires.
Así soy yo.
Obsesionada contigo, sin poder sacarte de mi cabeza.
Después os veo en familia y la rabia se apodera de mi de maneras inimaginables, solo quiero gritar y llorar.
Pero al día siguiente vuelvo a buscarte como una tonta. Aunque no consigo verte, y me cabreo.
Así soy yo, así sigo. Un año después, obsesionada de un total desconocido.