La despedida siempre llega antes que el adiós.

Entendí que ya no eras tú, porque me pasó algo muy emocionante y ya no supe si contártelo. 
Porque escuché una canción preciosa y ya no te la envíe.
Porque si me molestaba algo ya no te lo decía.
Porque de pronto ya no me emocionaba imaginarnos juntos.
¿Y sabes algo? Uno nunca duda cuando se siente en casa.