También volví yo.

Me fuí sonriendo porque volviste, porque cuando no estabas era totalmente invisible, casi insensible. Te escribí cada noche, antes de acostarme, aunque nunca recibiste los mensajes. Te pensé cada día, en silencio, mirando las sombras, buscando la tuya. Sí, volviste, volviste a tenerme, a quererme, a soñarme. Volvimos a reir juntos, a despertarnos con la misma luz, volvimos a ser felices. Y lo confieso, me fuí sonriendo, porque contigo, también volví yo.