Pequeños ataques de ti

Empiezas con una simple taquicardía, vas notando cómo se te acelera el corazón, cómo notas los latidos en el pecho, más de 100 latidos por minuto... y cada vez vá más rápido. A medida que los latidos aumentan, el pecho se dispara, empiezas a sentir una gran presión, y cada vez más fuerte y más rápido.
La presión empieza a entorpecer tu respiración, y empiezas a acelerar tu respiración a la misma vez que los latidos del corazón. Y llega el momento en el que intentas controlar el aire que entra y sale en tus pulmones, intentas respirar uniformemente... y ves que no puedes, que por muchas ordenes que le des a tu cuerpo, tu cuerpo vá por sí sólo. No puedes controlarte, parece que el corazón se te va a salir del pecho, y que te vas a ahogar... Y llega el momento en el que no puedes más, en el que te encuentras tan agoviado que no sabes que hacer, no puedes controlar la respiración, no puedes hacer que los latidos disminuyan el ritmo cardíaco, y entonces... te derrumbas... y lo único que puedes hacer es... llorar.